Botella vestida con etiqueta un tanto obsoleta.
Visual: Dorado oscuro sin llegar al color Oro Viejo. Abundante lagrima.
Nariz: Entrada suave. Notas especiadas,miel y una curiosa nota a arena de playa humeda.
Boca: Entrada melosa. Notas especiadas ( pimienta, canela) y algo de citricos(naranja)
Su postgusto es rico aunque no muy largo.
Un ron agrícola que surge en el caribe del siglo XIX como intento de preservar los métodos tradicionales frente a la irrefrenable revolución industrial. Mientras la mayoría de empresas azucareras de la isla de Martinica decidieron reagruparse para abaratar los costes de producción y fabricar ron y azúcar a partir de melazas, una minoría decidió continuar con los métodos tradicionales.
Los rones agrícolas franceses se distinguen del resto por estar elaborados a partir de la caña de azúcar en lugar de melazas y donde cualquier tipo de aditivo está altamente restringido.
Muchas décadas de lucha burocrática fueron necesarias para que finalmente en 1996 se les concediera la denominación de origen para un ron que era conocido desde sus inicios como ron de hacienda o ron agrícola. Un producto con un proceso de fabricación más laborioso que el ron industrial pero que sin duda ofrece resultados más interesantes.
En todo caso el ron agrícola francés representa una pequeña parte del ron consumido y producido a nivel mundial, la isla de Martinica es a la que podríamos considerar la capital de “el archipiélago del ron” y donde sin exagerar me atrevo a afirmar que cada pueblo cuenta con su propia destilería.
Dentro del ron agrícola nos encontramos tres variedades diferentes: ron blanco, ron paja o ámbar y ron viejo. Actualmente más del 80% de la producción corresponde al ron blanco, un ron que pasa al menos tres meses en barrica para obtener aromas afrutados y florales.
Los otros dos representan entre un 15 y un 20 % de la producción, se diferencian en el tiempo que pasan en barrica y en el tamaño de éstas. Por ejemplo en el caso del ron ámbar el ron debe estar al menos un año en grandes toneles de roble de entre 700 y varios miles de litros, y por el contrario el ron para ser catalogado como viejo debe pasar al menos tres años en pequeñas barricas de roble de entre 180 y 650 litros.
Otra particularidad es debida al clima, dada las temperaturas caribeñas y los altos niveles de humedad en torno a un 10% de la producción contenida en las barricas se pierde anualmente debido a la evaporación, produciendo además una aceleración en el envejecimiento.
Esta alta evaporación supone un problema y obliga a los productores a ir rellenando las barricas con ron del mismo año para evitar la oxidación. De hecho las destilerías pierden en bodega casi un 10% de ron anualmente por el proceso de evaporación y que ellos cariñosamente llaman “la parte de los ángeles”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario