Los licores caseros, sobre todo si han sido elaborados por destilación, suelen ser pobres en color, cuando no carente de él.
Se hace necesario, más por cuestión estética que por otra cosa, dotarles de atractivos y vistosos tonos, que estén en relación con sus ingredientes. Para eso podemos recurrir tanto a colorantes específicos, como al uso de sustancias naturales que tienen la propiedad de transmitir color.
He aquí algunas:
- CLOROFILA: Pigmento verde de las plantas. Se obtiene por maceración en alcohol de 96º de productos muy ricos en ella, como las espinacas.
- CARMÍN de COCHINILLA: Sustancia de fuerte color rojo producida por un insecto de su mismo nombre. Se expende pulverizada.
- CAMOTILLO: Materia colorante extraída de la raíz de cúrcuma, por simple maceración en alcohol.
- INDIGO: Planta vivaz que produce un colorante azul muy utilizado en la industria textil desde la antigüedad. Se vende ya preparado o puede obtenerse macerando las hojas de la planta en agua durante 24 horas, agitando enérgicamente a continuación hasta obtener un líquido fuertemente coloreado.
- ARÁNDANO: De las bayas se obtiene, por maceración, tanto un colorante rojo, como azul oscuro.
- AZAFRÁN: Un poderoso colorante amarillo, fácil de obtener mediante simple maceráción en alcohol al 10%. Si se quiere eñiminar su olor, que puede no ser adecuado para el licor, sólo tenemos que colocar el azafrán, antes de macerarlo, en un paño y someterlo a los efectos del vapor de una caldera al fuego.
- CARAMELO: Excelente colorante que une al color el sabor azucarado, tan necesario en los licores. Hacer caramelo es bien sencillo: basta con calentar en una caldera, de cobre o hierro, el azúcar hasta que quede bien líquido, añadiendo a continuación agua hirviendo para que adquiera la fluidez precisa, poco a poco y removiendo siempre. Si se quiere una tonalidad del caramelo más oscura, podemos añadir al agua hirviendo una pequeña cantidad de carbonato de sosa.
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