Para descubrir los secretos del vino se deben tener en cuenta los cinco sentidos.
La vista, que nos aporta información del color, el tono, la transparencia, el brillo, los matices..,
el oído, que adquiere protagonismo en el momento de servirlo, el gusto y el tacto bucal, que permiten disfrutar del vino con una mayor intensidad,y el olfato, para apreciar todo su aroma.
- OLFATO: El olfato es de vital importancia para un catador.Este huele el vino antes y despues de mover la copa para que el vino se oxigene,, y posteriormente a través de la vía retronasal cuando el caldo ya está en la boca. Es habitual asociar los olores propios de los vinos con aromas característicos del universo vegetal, frutas,flores,hierbas,especias o a tabaco, cuero, chocolate…
- VISTA: El examen visual permite describir el color, la intensidad y el aspecto general del vino. Su apariencia delata su madurez o juventud, su densidad o fluidez o su efervescencia, entre otros conceptos. La variedad de uva con la que se ha elaborado el vino determina su color, e independientemente de la edad del vino, éste debe ser brillante, nunca opaco.
- GUSTO: Un vino correcto es aquél que estimula el sentido del gusto, persiste durante un período de tiempo en boca y logra una armonía entre las sensaciones de dulce, ácido, salado y amargo.
- TACTO: Incluye la temperatura y la textura una vez en boca.Los con buena acidez producen sensación de frescor y los ricos en alcohol sensación de calor.La mayor o menor aspereza de un vino a su paso por la boca nos indica si es suave o sedoso.
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