Si el vino es la más noble de las bebidas fermentadas, el coñac es el rey indiscutible de los destilados. Y esta realeza se debe, en grado sumo a los franceses, y más concretamente a los viticultores de la región de Charente. Allí, a principios del siglo XVII, se comenzó a destilar aguardiente, aunque hay testimonios de que a mediados del siglo XVI ya se elaboraba en la Rochele aguardiente al estilo de Charente. De su vino blanco, ligeramente acido se obtenía un eau de vie que era consumido sin la adición de especias, hecho corriente entre los destiladores de la época, tras ser madurado en barricas de roble de Lemosin plantado en las proximidades de los viñedos.Tenía un extraordinario sabor y un finísimo bouquet, y pronto adquirió notable fama. Claro que antes de que los campesinos de Charente tuvieran la idea de destilar su vino, ya lo habían estado haciendo los comerciantes holandeses, grandes aficionados al arte de la destilación, con el objeto de conservar sus grandes stocks de vino adquirido en Francia, pero fueron los habitantes de Cognac los que supieron dar categoría de arte a su aguardiente de vino, logrando imprimir su fama, y con el tiempo su nombre, a este tipo de bebida. Ya en 1751 la Enciclopedie hace mención de Cognac como villa famosa por sus aguardientes. En 1860 se comercializa en botella de cristal, frente al uso corriente de vender los aguardientes en barrica de roble. Con ello, y la aplicación de una etiqueta que informaba al consumidor del origen del aguardiente, su elaborador, etc., se sentaban las bases de su poetentoso desarrollo comercial, que pronto tendría imitadores en otros países, lo que hizo necesaria la intervención de juristas y legisladores, en una pelea por la denominación de origen que solo se ha resuelto definitivamente a mediados del siglo XX. Es por tanto obligado reconocer a la hora de hablar de aguardientes de vino, que el coñac es el primero y más aventajado representante.Y que coñac, o mejor, cognac, es únicamente aquel que se ajusta a las siguientes normas: Utilizar solo dos variedades de uva autorizadas, la Saint-Emilion Blanche y la Colombard, la primera ocupa cerca del 90% del viñedo,otra de las normas que tiene que cumplir es ser destilado el vino en dos tiempos, con los alambiques tradicionales de Charente, y envejecer en barricas de roble Limousin, al menos durante dos años. Estas, y otras reglas menos importantes pero significativas, refewridas al laboreo de la viña, al grado alcohólico, etc., garantizan un coñac autentico, posibilitando que su calidad media, verdaderamente insuperable, permanezca inalterada a lo lardo de los años.
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