La manzanilla es un vino muy ligero extraído de la uva denominada palomino, que se produce muy cerca del mar, en la zona de Sanlúcar de Barrameda, y a pocos kilometros de Jerez.
Las características de la manzanilla son las siguientes: vino fino muy pálido y muy aromático, ligero al paladar, seco y poco ácido.
La manzanilla tiene un bouquet delicioso, entre flor y sal, y la brisa marina contribuye a su perfecta delicadeza. Unas de las cualidades peculiares de la manzanilla es que es el vino más leve y más delicado que se conoce. Su graduación alcohólica, aproximada, es entre 15,5 y 17º.
Como hecho paradójico diremos que cuando la manzanilla es transportada a Jerez se convierte en vino fino, y cuando el jerez fino a su vez se traslada la zona de Sanlúcar, una vez posado, se transforma en manzanilla.
Las especiales características de este vino son el resultado del proceso de su cosecha, que cuando está en flor, sin ser manipulado, es sometido a bodegas de específica zona de crianza.
La manzanilla no de be de servirse a una temperatura excesivamente fría, al contrario de lo que muchos piensan , el frío excesivo le hace perder sus mejores características, debe de ser un frío moderado 4º o 5º, es más que suficiente, jamás debe de ponerse en el congelador antes de servirlo, eso solamente nos refrescaría, pero nunca nos dejaría disfrutarlo plenamente de su paladar exquisito.
Según los clásicos de la región no existe mejor aperitivo que una copita de vino de su tierra con langostinos de la zona de Sanlúcar.
En Sanlúcar de Barrameda existen acreditadísimas bodegas dedicadas desde hace siglos a la crianza de Manzanilla, entre las que podemos citar: La Guita, La Pastora, Pochola, La Gitana, etc.
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