Da la impresión que el rosado todavía arrastra,en algunos circulos,el sambenito de ser un vino menor al que no se le pide ni complejidad ni estructura,porque muchas veces se le exigía más como refresco que como vino.
Sin embargo el vino rosado va fortaleciendo su posición como color número 2 y sus cifras de consumo van en un claro aumento en tlodo el mundo.
Y es que el vino rosado responde a las nuevas tendencias de consumo porque se centra, principalmente en la jovialidad,la agilidad y la accesibilidad.
Todavía muchos opinan que el rosado es un híbrido impersonal a medio camino entre un tinto desnatado y la sutileza que ofrece un blanco escultural.Otros lo asocian a< un subproducto de saldo cuyo consumo preferentemente es un público inculto.
Pero un vino rosado quiere ser diferente a un blanco y tampoco quiere parecerse a un tinto.Un rosado quiere ser un rosado,un vino con color y personalidad propia.
Hoy se pueden encontrar muy buenos vinos rosados frescos,frutales, aromáticos y sabrosos que airean por los cuatro costados un estilo diferente a los de antaño.En sus extremos siempre habrá unos que recordarán más al vino blanco y otros que se acercarán más al tinto, pero siempre habrá un rosado con casta,estilo y personalidad suficiente para entusiasmar y sorprender nuestro paladar.
En nuestro país existieron ciertas regiones vinícolas que años atrás obtuvieron fama por una elaboración masiva y especializada de vinos rosados como es el caso de Navarra o Cigales.Sin embargo,hoy se elaboran rosados modernos en La Mancha,en cualquiera de las regiones vinícolas catalanas o las de Aragón,sin olvidar los tradicionales y finos rosados riojanos o los sabrosos levantinos.De garnacha,de tempranillo,de monastrell,de merlot,de cabernet,incluso de pinot noir,syrah,petit verdot o de mezclas.
En demasiadas ocasiones se asocia el consumo del vino rosado con la primavera y el verano porque,entre otras muchas cosas,es una buena opción para consumirlo fresco y acompañar platos más ligeros.
Pero su amplio abanico de colores,aromas y sabores le permite armonizar con infinidad de platos de nuestra más variopinta cocina,ya sea tipicamente nacional o de importación y en cualquier época del año.
El vino rosado nos empieza a seducir ya por su color,pero también son vinos ,muy aromáticos y sutiles donde su encanto reside en la sutileza de sus fragancias que entremezclan las flores y las frutas,tanto blancas como rojas y negras,además de su intrínseca característica de frescor y viveza.
Pero no hay que confundir frescor con frío-Los rosados deben tomarse entre los 7º y 9º de temperatura,y no es recomendable que estén más fríos,ya que cualquier vino pierde su característica aromática y buena parte de su carácter frutal.
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