Como sabeís, en la barra de un bar, siempre se escuchan muchas cosas, luego un barman, pues como el que no quiere la cosa, se entera de muchos cuchicheos.
Un día hablando de la monarquía española, hablando de Letizia, salió el tema de realmente, que pensaba la realeza de dicha chica.
Y cuenta un cliente, que el tiene un familiar trabajando en palacio y que le cuenta anécdotas.
Entre éstas cuenta la de la presentación de Letizia a sus majestades los Reyes. Imaginenselo.
Resulta, nos cuenta el cliente en cuestion, que la que realmente lleva las botas en Palacio, es la reina Sofía, y que a ésta le gusta llevar la voz cantante cuando hay invitados.
Y el día que el principito presentó a Letizia a sus padres, después de la cena, la reina Sofía decide que hay que jugar a las adivinanzas. Y entonces ella empieza a contar una:
-Larga y afilada cual estilete, cuya punta saca y mete y en la parte de atrás tiene un ojete. ¿Qué es?.
Y todos los comensales que allí se encontraban callados totalmente.
El duque de Lugo allí medio destrozado por la farlopa, la infanta Elena como medio ida, el rey borracho como siempre, los únicos que se comportaban correctamente era el Iñaki y la infanta Cristina, aunque parecía como que la adivinanza no iba con ellos.
Entonces la señorita Letizia, levanta lentamente la mano, y cuando la reina Sofía le da permiso dice:
-Eso, pues será un pene.
Aaaahhhh!, exclama la reina Sofía.
-Abelardo, llama al mayordomo.
-Traiga inmediante el bolso y el abrigo de la señorita y que salga inmediatamente de Palacio.
Allí tenemos rapidamente al principito arrodillado suplicándole a su madre:
-Por favor, por favor, dale otra oportunidad, por favor, otra oportunidad.
-Está bien, exclama la reina. Contaré otra adivinanaza, y que sepas chica que era una aguja, una aaguujaaa.
-Grande y blanca la quisiera, que entre las piernas no me cupiera, y que galoparla durante toda la noche pudiera. ¿Qué es?
Y todos los comensales pues como antes, el mismo cuadro, pasando de todo.
Y Letizia que nuevamente se atreve a levantar la mano, para ver si arreglaba el desaguisado anterior, y dice:
-Esto sí, pues, supongo que esto sí que sera un pene.
Aaaahhhh!, vuelve a exclamar la reina Sofía.
-Abelardo.
-Traiga inmediatamente el bolso y el abrigo de la señorita y que salga inmediatamente de Palacio.
Nuevamente el principito, arrodillado, suplicandole a su madre:
Por favor, por favor, dale otra oportunidad, por favor, dale otra oportunidad.
-Está bien hijo.
-Que sepas chica, que era una yegua, una yeeeguuuaaaa.
Voy a contar otra adivinanza:
-Cincel matutino, tan grande como un pepino, que por la parte de arriba chorrea y por la parte de abajo se balancea. ¿Qué es?.
Y dice la Leti:
-Abelardo, traeme el bolso y el abrigo, que salgo inmediatamente de Palacio, pero esto es una Polla como una olla.
Y así, así anduvo la relación entre nuera y suegra, menos mal que se han arreglado, que si nooo....
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