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lunes, 21 de enero de 2008

Hablemos del Rioja...

CIMG0426 Hablar de las cualidades que poseen los vinos riojanos es un hermoso tema lleno de interés, por ser un producto agrario de extremada importancia en este frondoso valle de 41000 hectáreas aproximadamente de viñedo que comprende la Rioja.

Estos genuinos caldos son el resultado, la confirmación y el justo premio al constante esfuerzo, entusiasmo y sabiduría de muchas generaciones de vinateros riojanos que, como un sacerdocio, se entregaron plenamente a esta noble actividad.

Beber vino de Rioja, además de ser un signo de cultura, es proporcionar un inmenso placer al paladar. Su grato perfume, incomparable bouquet, delicadeza, escasa acidez y el aval de una discreta graduación le hace adaptable a todos los gustos. La reputación del rioja llega hasta los más apartados rincones de la tierra. Se ha impuesto en todos los mercados por su bondad, suavidad aterciopelada, exquisita finura y fresco paladar.

El rioja es un vino sublime que merece trato de majestad.

Para apreciar bien el rioja es importantísimo saber seleccionar el tipo de vino más apropiado para cada especialidad culinaria, ya que de la adaptada elección del vino dependerá el placer de una comida.Por lo tanto, es necesario cumplir con estos ritos, porque el rioja merece la máxima consideración.

Los vinos de rioja son un privilegio de la naturaleza. La abundante y completa gama de sabores honran generosamente los más exquisitos y variados manjares.

En ésta espléndida zona riojana de vegas y montañas a la vez, y surcada por el caudaloso Ebro y siete afluentes, entre ellos el subafluente Oja, que da nombre a esta dulce comarca, se cosecha el vino que, degustándolo lentamente y ociosamente, constituye uno de los más excepcionales placeres de la vida.

La Rioja tiene su origen en el año 1102; en esa fecha el Rey Sancho de Navarra, en un rasgo de generosidad, hizo donación de un monasterio y de todos los terrenos que le rodeaban, los cuales estaban sembrados de viñas. Esta bella comarca riojana está dividida entre principales distritos o zonas de las que intentaremos resaltar las más dignas peculiaridades de cuanto nos interesa saber, sobre las características de este terreno que imprime un sello particular e inconfundible a más de un millón de hectolitros de vinos gloriosos.

Rioja Alta

Vamos a situarnos en la ciudad de Haro, ya que está considerada como cabecera de la Rioja Alta. Allí, diez de las firmas más importantes tienen sus báquicas catedrales repletas de adorables vinos con regusto de armoniosa intimidad norteña. A poca distancia de éste importante centro vinícola se encuentran las famosas conchas de Haro, blancas rocas milenarias que el Ebro , con su poder, parece haber perforado, entrando mansamente y triunfante en ésta verde y rica comarca riojana.

Serpenteando los más destacados pueblos productores de vino en ésta parte oeste de la Rioja, donde el desnivel del terreno forma parte de su original atractivo, llegamos a Ollauri, Briones, Nájera, Santo Domingo, Valvanera, Berceo, San Asensio, Cenicero, Fuenmayor,Navarrete, Logroño y otros.

Los vinos de ésta parcela alta son los más equilibrados; tienen de 10 a 12 grados. Son de limpio color rubí los tintos y algo pálidos generalmente los blancos. También se consiguen algunos buenos ambarinos afrutados muy aromáticos, pero ciertamente todos entrañan una suprema fragancia, fruto del celo de sus criadores y del perfecto sistema artesano que aún se sigue practicando de elaboración y crianza.

Rioja Baja

Se extiende desde Logroño hasta Alfaro, formando una hermosa vega llena de vida vegetal. El verdor de sus campos y la abundancia de frutos contribuye a la paz que reina en éastos pueblos y al consiguiente bienestar de los agricultores.

Los más significativos lugares de éste sector bajo con Clavijo, Viguera, Arnedillo, Arnedo, Calahorra, Autol, Ausejo, Aldeanueva de Ebro, Alfaro, Río Alhama, etc.

Los vinos que se producen en esta llanura riojana son los más alcohólicos que los del resto de la comarca, estas circunstancias obedecen a su benigno clima, con veranos muy calurosos. también contribuye la orientación del viñedo y la composición del terreno donde se asienta la vid. Es lógico pensar que al estar las viñas más expuestas al estío canicular, las uvas adquieran un perfecto grado de maduración, resultando unos mostos muy ricos en azúcar y que, tras la fermentación, convierte en alcohol la rica glucosa.

Los vinos de esta fértil zona baja superan con facilidad los 14º, son buenos, aromáticos, limpios de nariz, poco acidos y color siempre brillante.

Existen otros pueblos que, aún siendo considerados como pertenecientes a la Rioja Baja, por su vecindad con ésta, corresponden a la provincia de Navarra. Sus vinos poseen las mismas características que sus hermanos. Los puntos vinícolas más sobresalientes son: Viana, San Adrián, Mendovia, Andosilla, Sartaguda y Puente la Reina.

Rioja Alavesa

Tercer distrito de éste paraíso vinícola, está emplazada al norte de Fuenmayor y Logroño o sea, a la otra orilla del Ebro. La constitución de las tierras en este campo alavés ofrecen ciertas dificultades a los agricultores, ya que los cerros y colinas se suceden constantemente, haciendo heroico en algunos casos el acceso a los viñedos para poder realizar los necesarios trabajos. Pero, a pesar de las dificultosas lomas y laderas, esta zona está considerada como de excepción para el cultivo de la vid.

En esta margen izquierda del Ebro se elaboran en su mayoría vinos tintos de extrema calidad, con bastante capa vinosa, mucho aroma, resultando redondos al paladar y principalmente que no suelen reflejar acidez.

Los afortunados campos donde se crían estos caldos pertenecen a los términos de Labastida, Laguardia, Banos de Ebro, Barriobusto, El Villar, Ciprán, Lanciego, Leza, Oyón, La Puebla de la Barca,Moreda, Navarides, Pagános, Samaniego, Viñaspre, Salinillas, Yécora, Villanueva, etc.

El vino de rioja tiene un aroma único; el ambiente de la tierra y la mano experta de sus hombres nos ofrecen en una copa las más maravillosas sensaciones.

Cuando decimos de un rioja vino de mesa, queremos significar que es el responsable de aumentar el placer de quien se sienta a una mesa. Es como un maestro de ceremonias; es el principal elemento de la mesa colectiva, que lo recibe con delicadeza y con amor y que, en nuestra opinión,es el protagonista, el Rioja.

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